tag:blogger.com,1999:blog-18826535780095971372024-02-20T08:42:16.869+01:00Crónica de un nigromanteBienvenidos al mundo realNigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.comBlogger46125tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-57250793624769557652011-11-24T03:20:00.001+01:002011-11-24T03:33:31.937+01:00El magoEl mago señaló hacia el cielo con el dedo y toda la muchedumbre giró la cabeza intentando vislumbrar algo. No había nada. Una vez más, la nada. Seguían esperando alguna señal, algún truco, alguna paloma blanca salida de la chistera negra que les diera esperanzas para poder seguir yendo al circo con alegría y no como aquel que va al matadero. Hacía mucho tiempo que ya no sonreían bajo la carpa de colores, demasiado. Tampoco había niños. Solo quedaban mercaderes de almas y bonos basura, que traficaban con primas de riesgo, y un mago.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-17313909387757756762011-11-03T01:27:00.000+01:002011-11-03T01:27:04.283+01:00La escribanaLa voz sonó fría y distante a la par que firme y autoritaria. Ella respiró profundamente antes de coger una vez más la pluma y mojarla en el tintero que tenía sobre la mesa de roble ubicada al fondo de la estancia. Se relajó y comenzó a pensar en parajes ilídicos, en lugares remotos, perfectos, virginales. Su mano comenzó a moverse rauda y veloz sobre el papel. Las palabras vacías iban y venían en su mente y se plasmaban en la cuartilla a una velocidad de vértigo. El tintero se iba secando con la misma velocidad que iba engordando el montón de hojas escritas y pintarrajeadas. La tenían por escribana y eso la humectaba.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-5526075580839915682011-10-24T01:53:00.000+02:002011-10-24T01:53:45.185+02:00AdelinaAdelina se puso roja como un tomate. Su cara era el vivo retrato de la playa de la Malvarrosa en la noche de San Juan. La vergüenza que sintió fue mayúscula cuando descubrieron el secreto que llevaba años ocultando. En esos momentos quería que se la tragara la tierra y no sabía donde meterse. Había estado más de un lustro disfrutando de lo prohibido pero aquel día se había acabado irremediablemente para siempre. Le faltaba el aire que apenas podía entrar en sus pulmones debido a lo agitado que se encontraba su sistema nervioso, le daban arcadas y mareos, tenía sudoración y palpitaciones. Nunca más podría ya disfrutar de un cigarrillo en la sala de espera de aquel frio hospital. Ahora, lo tendría que hacer a la luz de la luna.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-54902478662327141022011-07-20T02:45:00.002+02:002011-07-20T19:37:52.122+02:00La señora y el ascensorTenía su mano derecha apoyada en la barandilla de metal de las escaleras que daban acceso a su vivienda. Sus uñas eran largas y estaban pintadas de un carmesí brillante que hacía juego con sus labios. Estaba enfundada en un minivestido negro con medias y zapatos de tacón de aguja del mismo color. Se sentía la reina de las diosas. Sonó el teléfono. Se acercó y lo cogió de mala gana. Preguntaban por su marido. Era urgente.<br />
- No puedo atenderlo, estaba a punto de coger el ascensor, exclamó y acto seguido colgó el aparato. Salió muy segura de la estancia creyéndose la tía más buena del mundo. A veces hasta se le olvidaba a ella misma que tenía cincuenta y cinco años y no se daba cuenta que la mayoría de hombres la miraban por la propia genética masculina y por su exhuberancia a la hora de vestir. Cerró la puerta de casa y se dirigió al ascensor. Lo llamó y se dispuso a buscar un cigarrillo en su bolso Louis Vuitton. Se encendió la luz y se abrió la puerta. Sintió el frío metal atravesar su abdomen mientras una voz le decía:<br />
- Señora, cojamos el ascensor.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-52365769710857616992011-02-24T01:39:00.000+01:002011-02-24T01:39:26.554+01:00"Por tí, por mí, por nosotros"Alzó la vista y no fue capaz de ver nada más que aquel inmenso cartel en medio de la autopista. Era un cartel oscuro casi negro con unas letras blancas y ovaladas que rezaban: "Por tí, por mí, por nosotros". Se detuvo y lo observó muy detenidamente mientras repetía una vez tras otra ese estúpido eslogan: "Por tí, por mí, por nosotros". Parecía un antiguo disco de vinilo en el que la aguja llegaba al final, chocaba contra el papel donde ponía el artista y el nombre del LP y saltaba hacia el final de la última canción repitiendo siempre lo mismo. Le parecía una payasada pero, en realidad, no podía parar de decirlo. El "Por tí, por mí, por nosotros" bullía en su cabeza como un incesante vaivén en una fiesta abarrotada de gente. Quien quiera que fuera el que haya inventado la campaña de marketing ha estado acertado, ha conseguido su objetivo, pensó en su fuero interno. Reanudó la marcha y esa machacona y repetitiva cantinela lo perseguía por la A-8 camino de casa. El trastorno obsesivo compulsivo que poseía estaba de nuevo haciendo de las suyas. "Por tí, por mí, por nosotros" repetía una y otra vez mientas se metía dos pastillas en la boca para intentar controlar las compulsiones. No se había dado cuenta de que era época de elecciones.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-79925451422851753362010-12-27T00:50:00.002+01:002010-12-27T00:52:06.312+01:00El mundo de MonMon era un director de cine muy mediocre, más bien era un director de cine pésimo aunque él, a sabiendas de sus limitaciones, no hacía otra cosa que tirarse flores y criticar el trabajo de todos sus colegas. Tenía el típico complejo de inferioridad no reconocido que proyectaba al experior intentando darle la vuelta a la tortilla queriendo hacer de todos sus defectos virtudes. La envidia lo corroía por dentro. Sabía que no daba más de si, quizás era por eso. Tenía buenos contactos que se había labrado a base de andar de rodillas por los despachos de la sede del partido político que llevaba ejerciendo la hegemonía durante más de treinta años en su tierra. Su jefe era el marido de la tipa que repartía las subvenciones para el cine de la lengua minoritaria en la que rodaba y que sin embargo, que paradoja, él no hablaba. Se ponía muy nervioso cada vez que salía algo al mercado que él o sus compinches no controlaban no fuera a ser que se les acabara el chollo y despotricaba en cualquier periódico o medio de comunicación sin ni siquiera haber visto el producto. Perdía los nervios con facilidad y fumaba. Fumaba sin parar, sin control. Esa era una de sus señas de identidad, otra era verle con las manos en los bolsillos mientras los cámaras hacían los planos que él les ordenaba de sus, valga la redundancia, infumables productos. Ese era su mundo el mundo de Mon.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-76046246490185889972010-12-14T02:24:00.001+01:002010-12-16T15:16:13.620+01:00El muelle de GouvanEra una noche muy oscura. Llovía y hacía frío, un frío húmedo y cortante que se calaba lentamente por la ropa llegando a tocarte el mismo tuétano de los huesos con sus yemas heladas. El muelle era ya de por si un sitio lúgubre y sombrío pero aquella noche parecía aún más terrible debido a las fantasmagóricas formas que dibujaba la niebla entre los derruídos edificios. Avanzaba rápidamente desde la negra mar hasta las grúas de carga, colándose por todos los rincones, cubriendo todas las superficies con su manto blanco atomizado en millones de diminutas partículas de agua. Y allí estaba Gouvan esperando la señal. Conocía aquellos embarcaderos como la palma de su mano, no en vano, se había criado en ellos pero ahora las cosas habían cambiado mucho. Todo se había vuelto más complicado y peligroso y aunque él fuera perro viejo aquello, sin lugar a dudas, no era lo mismo, ahora había mucha gente en el oficio. Divisó una luz a lo lejos, una especie de linterna realizando círculos. Ya están aquí, pensó. Se equivocaba. Se dispuso a preparar, como siempre, el maletero del coche para meter la mercancía, arrancó el motor y dio las luces. Encendió un pitillo tranquilamente y ahí se comenzó a dar cuenta de que algo marchaba mal. La luz seguía en el mismo sitio y nadie se acercaba al lugar concertado. Tengo que dejar este trabajo, juro por mi vida que hoy mismo es mi última entrega, tengo que dejarlo o esto me va a llevar a la tumba, mascullaba Gouvan. En ese mismo instante de ensimismamiento llegaron hasta él. La escena era dantesca, verdaderamente dantesca. Tenía ante sí a un hombre de unos cincuenta y seis años gordo y trajeado acompañado de una jovencita de no más de veinte con una mini falda de lentejuelas color plata y un top negro con un escote que dejaba ver el alma.<br />
- ¿Me has hecho venir hasta aquí para esto?, dijo Gouvan encolerizado.<br />
- Quería probar sabia nueva, se limitaron a responder<br />
No pudo más, era demasiado. Le habían hecho ir hasta su Bretaña natal para hacer el ridículo con una simple transación de un millón de euros y encima tenía que aguantar a aquel asqueroso corrupto con aquella muñeca del Este presa de alguna mafia ubicada en la costa del sol. Sacó su pistola y le descerrajó 5 tiros en la cabeza al concejal de urbanismo de turno. A la puta que lo acompañaba le prestó su abrigo y le dio cincuenta euros para el taxi. Su vida como conseguidor había llegado a su fin. Su relación con los políticos había quedado finiquitada.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-39232004839145716242010-12-01T21:44:00.001+01:002010-12-01T21:45:32.628+01:00UrgenciasEra un incomprendido. Todos lo llamaban loco, en realidad, no lo entendían o no lo querían entender pero la realidad era que de nuevo se encontraba allí postrado, en aquella fría e incómoda estancia de color blanco inmaculado en la sala de urgencias del mismo hospital al que acudía cada vez que sentía de cerca el cálido aliento de la muerte. Otra vez, otra más, allí solo, en contínua lucha entre su calculadora cabeza y su cuerpo desbocado tal como si fuera una manada de potros salvajes, una estampida de bisontes o una piara de puercos hambrientos en una dehesa de los alrededores de Emérita Augusta. El pinchazo de rigor con el consiguiente escalofrío, las pegatinas azules en el pecho para facilitar el electrocardiograma y el diazepán en vena para regular todos los indicadores. Una hora más tarde llegaba el informe médico con todo en regla, con una insultante e inquietante corrección, las enzimas eran normales, el electro normal, no había rastro de infarto. Las pulsaciones habían vuelto a su habitual anormalidad y de la opresión en el pecho apenas quedaban pequeños restos. Salió por la puerta leyendo el cartel de "Urgencias" sabiendo que pronto volvería a vislumbrarlo.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-38166497472084605182010-11-24T01:32:00.004+01:002010-11-24T02:21:23.655+01:00El sueño de la meretriz despechadaTan solo pretendía tener una vida normal, sin sobresaltos, y sobretodo, sin gente que, aburrida de su propia existencia, no hacía otra cosa que inmiscuirse continuamente en la de los demás. Pero veía que eso no iba a ser posible. Ya le había intentado destrozar la vida por completo una vez y ahora volvía a la carga sin motivo ninguno. Solo por despecho, por maldad, por aburrimiento. Él estaba tranquilo porque era un hombre que cumplía su palabra y, además, tenía todas las pruebas contra la manceba que por segunda vez estaba intentando abatirlo pero lo que no podía consentir bajo ninguna circunstancia era que su familia sufriera. Lo estaba poniendo contra las cuerdas de nuevo pero esta vez no se iba a caer porque se había jurado a sí mismo, por lo que más quería en esta vida, que primero se llevaría por delante a quien hiciera falta aunque se escondiera en el fin del mundo, aunque no cogiera el teléfono, aunque se fuera a vivir a Pyongyang, aunque se rodeara de un ejército de falsas acusaciones, denuncias y papeles. Prefería pasar una vida relativamente plácida en la cárcel que soportar un calvario en una falsa libertad amenazado por una meretriz de tres al cuarto.<br />
Rinngggg, ringggg. Oyó el despertador. Las seis y media. Afortunadamente había sido un sueño, una pesadilla tremendamente real, pero un sueño al fin y al cabo por suerte, sobretodo, para la alcahueta.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-90115133112843037372010-11-18T02:24:00.002+01:002010-11-18T02:29:13.951+01:00El "Tigre Celta"Apuró su pinta de cerveza negra mientras oteaba todas las mesas del pub intentando descubrir alguna cara amiga que le diera conversación y, sobretodo, compañía. La música era agradable, le gustaba, le encantaba. En esos mismos momentos estaba sonando "Tha Biodag Aig Mac Thómais" de McManus. Esa guitarra céltica era inconfundible. Pegó el último trago a la pinta y se retrotrajo al mundo mágico de <strong>Ávalon</strong>. Sentía que volaba como un halcón recorriendo los lugares mágicos de la isla esmeralda. Incluso percibía como el aire se le enrredaba en su media melena pelirroja haciéndola sonreír. Estaba en estado de semitrance, feliz, no deseaba por nada del mundo que se acabara ese momento. Malas noticias, la canción había finalizado y el barman había sintonizado en la televisión las noticias del canal <span class="goog_qs-tidbit-0"><strong>RTÉ a hAon</strong><em>.</em> Ya se había confirmado, el llamado "Tigre Celta" había sucumbido a los mercados y necesitaba un rescate financiero de inmensas proporciones comentaba el presentador. Se levantó maldiciendo a los malditos mecados, sin entender muy bien lo que pasaba ni quienes eran los que todo el mundo llamaba mercados. Salió a la calle. Respiró hondo. Por lo menos le quedaba el aire puro y fresco de <strong>Corcaigh.</strong></span>Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-71189879538410340712010-11-10T03:04:00.000+01:002010-11-10T03:04:00.075+01:00Maldita ansiedadCaminaba más deprisa de lo normal con la sensación incómoda de ser perseguido por alguien. Dobló la esquina y aceleró el paso con la esperanza de estar equivocado o, si estaba en lo cierto, de dar esquinazo al supuesto perseguidor. Había comenzado a sudar y a experimentar esa extraña sensación de mariposeo en el estómago producida por los nervios. Miraba hacia atrás y no veía a nadie tan solo la inmensa y oscura oscuridad de aquella noche sin luna. Jadeaba como un galgo en el sprint final de su carrera mientras continuaba su huida hacia adelante de no sabía muy bien que. ¿Se estaría volviendo loco? ¿Sería todo esto producto, una vez más, de su más que crónica ansiedad? Paró, se intentó tranquilizar y se daba ánimos para intentar regularse las pulsaciones que le iban a no menos de 170. Respiraba, ya por fin, más pausadamente y sacó de su bolsillo derecho una pequeña caja metálica donde guardaba su tesoro más preciado. Cogió un trankimazin de 1 miligramo y se lo iba a meter debajo de la lengua cuando sintió el filo de una afilada navaja en su cuello. Dame la pasta o te rajo ahora mismo fueron las palabras que le dijeron. La maldita ansiedad tiene estas cosas.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-57307511502521193712010-11-05T01:56:00.000+01:002010-11-05T01:56:13.919+01:00El periódico occidentalSentado en un rincón de la asquerosa y maloliente estancia sobre la alfombra de piel camello mauritano esperaba lo inevitable. Miraba el reloj de su muñeca y veía como la aguja corría a una velocidad vertiginosa. Apenas le quedaban dos horas de vida según le habían anunciado sus captores. Sudaba, en realidad era un sudor frío aunque la temperatura sobrepasaba los cincuenta y tres grados centígrados. Sabía que su final estaba cerca, muy cerca y por ello le daban mareos, palpitaciones y continuas taquicardias. <br />
- Quizás con un poco de suerte no dure más de un par de minutos, se pensó creyendo que le iba a dar un síncope.<br />
Pero desconocía los límites a los que puede llegar un cuerpo humano en condiciones extremas. De repente se abrió la puerta y una figura vestida totalmente de negro con túnica, turbante y metralleta le acercó un periódico occidental. Lo agarró como su última tabla de salvación, esperaba noticias, buenas noticias. El titular rezaba así:<br />
"El gobierno defiende que no prevalezca el apellido del padre"<br />
No se lo podía creer, lo habían condenado a muerte sus propios compatriotas desde el principio simplemente por no enfrentarse al fanatismo del fanático.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-91902886896804009812010-10-30T14:17:00.000+02:002010-10-30T14:17:29.745+02:00El clarinetista de Oriente MedioPasaban apenas diez minutos de las doce de la noche, de aquella noche tan especial, la última del año y disfrutaba como nunca con los albores de su último concierto en aquel recóndito rincón de España. La música se agolpaba como nunca en su cabeza de una manera armoniosa y acompasada. Se veía que estaba gozando, por el estado de éxtasis, casi de semiinconsciencia que reflejaba su cara, con las notas que salían de su clarinete. Su banda lo acompañaba mientras se recreaba en los pasajes de la melodía que más le gustaban. La audiencia estaba anonadada mirando hacia el escenario, hasta, si te fijabas bien, se podía apreciar en la comisura de sus labios un leve río de baba. No se lo podían creer. Era él y estaba allí, en su tierra. Tenía las gafas empañadas por la condensación provocada por el sudor que manaba de su frente y caía hacia el suelo transformado en gotas perladas que resbalaban por su gran nariz. Estaba siendo una gran noche, un gran concierto, sin duda alguna, el mejor de su vida y sobretodo gozaba, disfrutaba con su inspiración y se recreaba con los mágicos sonidos de su clarinete y las bombas que su país estaba, en ese preciso instante, arrojando indiscriminadamente sobre algún punto de Oriente Medio.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-18229036334324030992010-10-28T01:44:00.001+02:002010-10-28T01:46:37.862+02:00La hija de papáLe dijo que si una vez más. Él asintió con la cabeza queriendo creerla aunque en su interior ya conocía la verdad. Seguro que sería mentira una vez más pero le iba a dar un nuevo margen de confianza. Se cogieron de la mano y comenzaron a caminar por el pequeño sendero que bordeaba el serpenteante riachuelo. Estaban rodeados de un precioso bosque de castaños, robles y pequeñas manchas de abedules centenarios. Llegaron a un pequeño claro donde había un tronco viejo y áspero tirado en el suelo, quizá, por la acción de alguna tormenta, que bien podía realizar la función de improvisado banco y se sentaron a descansar. La charla era animada y el paisaje de cuento de hadas. Él sentía que tocaba el cielo con la yema de sus dedos. <br />
- ¿Me excusas un momento?, le dijo ella, tengo que ir a mear<br />
- Sí por favor, replicó él<br />
Mientras la veía perderse entre los árboles pensaba en su vida juntos, en la pasada y en la futura y se le dibujaba una sonrrisa en la cara. <br />
Pasaron cinco minutos y ella no volvía, esto le hizo preocuparse. Se levantó y fue en su busca. Anduvo unos 50 pasos y allí estaba. Se encontraba sentada en el suelo, sangrando por la nariz y con el "pollo" encima de la cartera que tenía cogida con su mano derecha. No se podía mover, ni siquiera hablar, del subidón que tenía. Él ya lo sabía, sabía que aquella hija de papá no iba a aprender nunca.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-16989705442016548712010-10-22T01:25:00.000+02:002010-10-22T01:25:42.804+02:00El tranvíaEra de noche. Esperaban el tranvía en la estación del norte de la ciudad. Hacía un frío de perros y una humedad que calaba hasta los huesos. El cielo estaba completamente despejado y las estrellas brillaban con más intensidad de lo normal debido a la falta de luz de esa parte de la ciudad. Charlaban mientras fumaban un cigarrillo para, al menos, calentarse los pulmones por dentro y admiraban el grandioso espectáculo que tenían ante sí y que pocos días al año podían observar debido a los densos y grises nubarrones que casi siempre cubrían el cielo. Vieron llegar de lejos el tranvía, apagaron los cigarrillos y se dispusieron a subir. Cuando el primer vagón llegó a su altura se dieron cuenta de que ya era demasiado tarde para echarse atrás o quedarse en la estación. Eran más de veinte y sus túnicas blancas los delataban. Tenían sed de sangre occidental. Venían a la caza del europeo.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-26633317422939387662010-10-18T02:53:00.000+02:002010-10-18T02:53:36.985+02:00El muroMiraba fijamente el muro de color arena que rodeaba el edificio donde se encontraba su hermana. Sabía que era difícil saltarlo. Sobretodo porque en su parte más alta había una pequeña alambrada de pinchos que seguro le desgarrarían la carne en pequeños pedacitos si una de sus extremidades rozaban la misma. La idea era fija, tenaz, perpetua. Tenía que liberar a su hermana, tenía que sacarla de aquella mazmorra disfrazada de minarete. Caminó hacia el muro. Primero despacio, luego más aprisa. Se detuvo y llamó en voz alta a la sangre de su sangre. El silencio fue la única respuesta. Volvió a llamar. Nada se oía. Tres años, seis meses y veintitrés días habían pasado desde sus vacaciones a Bruselas donde la había visto por última vez. Recordaba esto y se le revolvían las entrañas. ¿Como pudo ser? pensaba ¡En el corazón de Europa y ante la mirada impasible de la gente! ¡En la estación de Gare du Midi ante cientos de personas! Por más vueltas que le daba a la cabeza no lo lograba entenderNigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-55710733862856418262010-10-08T00:30:00.000+02:002010-10-08T00:30:49.109+02:00Elena y las eleccionesElena pelaba patatas compulsivamente en aquella cocina apestosa, mugrienta y maloliente. Ella sabía que no había nacido para eso pero de momento era lo que había. Tenía que aguantarse para poder llevar 675 míseros euros a casa y con ellos poder pagar el alquiler, la luz, el agua, el gas, la comunidad, la comida, etc. No sabía ni como se las apañaba y encima ahora querían hacer una nueva reforma laboral. Para qué se preguntaba en voz baja. En esta sociedad, rumiaba para sus adentros, no puedes ser normal. Tienes pertenecer a algún colectivo de los llamados "con riesgo de exclusión social" o "marginales" para que te den un piso, sanidad, educación, comida, etc. totalmente gratis. En fin, seguía mascullando por lo bajo mientras continuaba pelando patatas, es lo que hay. Elena en las siguientes elecciones votó a los mismos que estaban gobernando.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-76723819403662957332010-09-30T00:47:00.004+02:002010-09-30T01:08:52.394+02:00El secretoSe quedó mirando hacia él con cara de pocos amigos. La sangre le comenzó a hervir por dentro y las tripas se le retorcían como anguilas encerradas en un pequeño frasco de mahonesa. La ira y el odio se comenzaron a apoderar de su persona y llegó un punto en que ya no era responsable de sus actos. Le pasaba casi siempre que se disfrazaba con su camisa roja, su visera haciendo juego y su silbato de los chinos con pegatina incluída. Ese disfraz le sentaba mal, hacía que se acrecentara su obsesión ya de por sí muy intensa, por las lunas de los escaparates. No pudo más y como siempre que salía con la pandilla, todos ellos disfrazados de progres sindicalistas, le dio una pedrada al cristal que tenía a su lado. Instantaneamente se sintió mejor, aliviado y felicitado por sus compañeros como el que realiza una gran obra. Era su obsesión y a la vez su secreto.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-37801364808969680622010-09-17T01:45:00.005+02:002010-09-17T02:09:52.496+02:00El ecoterroristaDesde su ventana veía las luces de la autopista. Sentía el ruido de los coches y hasta casi podía respirar sus humos. Para un ecologista como él esto era demasiado pero imperaba la ley del máximo ahorro. No tenía dinero y no podía seguir sus ideales. Tenía que comer basura prefabricada y precocinada. No podía tener el estilo de vida que había elegido y todo por culpa de los mercados. Todo es culpa de ellos nos dicen pero por más que se preguntaba quienes son los mercados no encontraba respuesta. Pasaron tres duros meses en los que no pudo pagar el alquiler de su minipiso. LLegó la undécima carta y sin abrirla bajo a la calle cruzó la acera y se puso a destrozar a pedradas la cristalera de una famosa cadena de comida basura. El primer ecoterrorista había nacido y llegaba para quedarse.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-49789150198508302472010-09-13T00:33:00.004+02:002010-09-13T00:50:10.554+02:00La síndoneMiraba fíjamente a través del cristal aquel trozo de tela de color lino con manchas de sangre seca. Tenía los ojos vidriosos y la mirada perdida en algún lugar difícilmente imaginable. De repente se dio cuenta de un pequeño detalle. El circuito de cámaras de seguridad había dejado de funcionar debido a un fallo en el sistema provocado por la tormenta eléctrica que estaba cayendo en el exterior del edificio. No lo dudó ni un instante. Se abalanzó sobre el cristal, lo empujó con sus dos manos y consiguió tirarlo al suelo. Allí estaba ante él. Lo que tanto tiempo llevaba anhelando. Cogió el trozo de tela se lo metió raudo en el bolsillo del abrigo y desapareció en la oscuridad. Por fin lo tenía después de tantos años de espera y deseos. Tenía la síndone que había cubierto en su última regla, antes de morir, el coño de la Bernarda.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-73627122271589097612010-04-28T23:45:00.005+02:002010-09-25T12:24:57.970+02:00El chunda chundaEra una tarde apacible de verano. El sol brillaba en lo alto y no había ni un rastro de nubes en el horizonte. La mar estaba preciosa con tonos verdes y azulados como esmeraldas relucientes que se mezclaban con la fina e inmaculada arena. Las palmeras erguían sus troncos hacia el cielo también azul zafiro. Se respiraba tranquilidad y armonía en aquella playa virgen y remota del mar Caribe. Pero llegaron ellos. Arribaron como una piara maloliente en plena misa de resurección, como una manada desbocada en medio de la delicada Marcha Radetsky del concierto vienés de año nuevo. Venían con su tocata a todo volumen con música de "rumbita" callejera, su nevera portátil llena de Presidente y sus continuos gritos que se podían escuchar 20 millas mar adentro. Allí estaban los de siempre con su chunda chunda.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-5554105103459745962010-04-27T00:08:00.003+02:002010-06-25T14:38:01.484+02:00InsomnioEstaba en la flor de la vida. Cincuenta años recién cumplidos, una empresa con beneficios multimillonarios y una familia que lo adoraba. Sin embargo su cabeza no podía descansar por las noches. Siempre estaba dando vueltas y vueltas al mismo tema que no lo dejaba conciliar el sueño. Apenas dormía, dando pequeñas cabezadas, una hora al día. Se sentía prisionero de sus recuerdos y de su conciencia y no lo podía compartir con nadie porque sabía que lo más probable era que sus usureros amigotes lo llamaran tonto. La voz de sus víctimas retumbaba en su cabeza como el eco en un profundo valle rodeado de montañas. No era feliz porque sabía que había dejado muertos en vida a miles de personas simplemente por tener más beneficios con la excusa peregrina de una crisis económica. Nunca sería feliz y lo sabía.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-62103595713583077112010-04-26T23:42:00.002+02:002010-04-27T23:57:30.607+02:00El constructorLe resultaba curioso pero se callaba como si tuviera un bozal puesto en la boca. No entendía por qué la gente ante cosas absurdas y mentiras infames se callaba. Bueno, mejor dicho, primero se callaba y luego protestaba pero sin hacer nada para cambiar las cosas. La última gota que había llenado el vaso eran los datos del paro. No entendía la necedad de la gente. Sabía que tenía que hacer algo para cambiar las cosas pero también sabía que la situación había llegado a un callejón sin salida. Bueno, él tenía una, pero seguro que no era del agrado de los estómagos agradecidos, funcionarios, sindicalistas, políticos y demás chusma. Había que empezar de nuevo. Tirarlo todo y construir el país desde los cimientos, hacía falta un bombardeo e iniciar la historia de nuevo. A él le iba a venir bien, era constructor.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-11524869343588872112010-04-23T03:44:00.002+02:002010-04-27T23:46:06.531+02:00La cuarentonaLos árboles ya estaban en flor y los animales se estaban poco a poco desperezando del largo y frio invierno. La nieve de los altos picos poco a poco se iba derritiendo formando cientos de serpenteantes y juguetones riachuelos que bajaban ladera abajo hasta morir en el gran lago. Allí era donde ella tenía su cabaña. Era de madera de roble y el tejado de ramas de un arbusto llamado escoba. Tenía un buen trabajo, un buen coche, una casa preciosa en un lugar idílico pero sin embargo le faltaba rellenar el gran hueco que tenía en el corazón. Eso que algunos llaman amor. Se sentía vacía por dentro y ahora a sus cuarenta y siete años recién cumplidos se arrepentía de todas las tonterías que había hecho en su vida. ¡Cuantas calabazas había dado! ¡Cuantos hombres había puesto en evidencia! ¡Cuantas miradas había echado por encima del hombro creyéndose la Reina de Saba! Ahora solo le quedaba intentar llenar ese gran vacío con recuerdos de lo que podía haber sido.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1882653578009597137.post-89040506890924426402010-04-22T13:56:00.005+02:002010-04-23T03:43:34.761+02:00El argentinoLo sentía cada vez más cerca. Su llegada era inminente y eso le hacía sentirse intranquilo. Podía percibir el calor de su hediondo aliento en la nuca y en vez de ponerse a correr estaba inmóvil y petrificado como una estatua de acero oxidado. No se podía creer que le pasara esto otra vez. Quería pensar que era un mal sueño pero ya se había dado cuenta de que no podía despertar. Allí estaba él, en medio de la calle esperando el fatal desenlace. Solo e indefenso ante el peligro. No podía ser que le pasara tantas veces. Ya era tarde para huir porque ya estaba allí. Manuel había llegado y ya lo estaba saludando. Deseaba que se lo tragara la tierra porque no hay cosa peor que pasar el día entero con un argentino. Al final del día le sangraban las orejas y tenía jaqueca. Lo peor era que después de doce horas no había podido pronunciar ni una triste palabra y se sabía la vida entera de Diego Armando Maradona de memoria.Nigromantehttp://www.blogger.com/profile/05842828710016739469noreply@blogger.com0